Esto si es Personal: Una crítica descalza sobre la película que inauguró el X Festival Internacional de Cine de Cuenca

Esto si es Personal: Una crítica descalza sobre la película que inauguró el X Festival Internacional de Cine de Cuenca

La función inició tarde. A pesar de que nos habían advertido que a las 19h00 iniciaría el acto con quienes estuviesen adentro, miré el reloj y ya eran las 20h03 cuando el murmullo cesó y la actriz Blanca Blanco tomó la palabra para inaugurar el X Festival Internacional de Cine de Cuenca. Cumplidas las formalidades de rigor (aburridas e inútiles como casi todas las formalidades) finalmente el festival arrancó con el estreno de "Nada Personal" una película dirigida por Charly Pérez y escrita por Xavier Pimentel, quien estuvo presente en la sala.

Imagen tomada de www.cinerama.ec

Quince minutos después tuve la certeza de estar ante la que, probablemente, sea la peor película ecuatoriana que haya llegado jamás a una sala de cine (lo de sala de cine, además, es un decir pues la inauguración tuvo lugar en el Salón de la Ciudad. Un espacio mas bien pequeño y muy poco amigable para una función de cine).



Samuel Goldwyn, productor norteamericano y co-fundador de los estudios Metro-Goldwyn-Meyer (si, el del león ese que ruge y que estuvo a punto de desaparecer con la crisis económica) dijo alguna vez que una pantalla gigante tiene el problema de hacer el doble de mala a una película mala. Y Nada Personal es una película esféricamente mala. Amén de los aspectos estrictamente técnicos, que suelen ser el argumento a rescatar cuando el guión o las actuaciones son deficientes y en los que esta producción tampoco se salva, esta película tiene la rara virtud de provocar no solamente aburrimiento sino rechazo.

La "historia" de la película es mas o menos simple: Una pareja de recién casados recibe en su casa a un grupo de amigos para mirar un partido de fútbol donde juega la selección ecuatoriana. A lo largo del partido va llegando mas gente al departamento de la pareja (la vecina guapa, el amigo gay de la esposa, los padres, los mejores amigos del esposo) y, utilizando como hilo conductor la relación a veces caótica de una pareja de recién casados, el film trata de hilvanar una historia sin historia donde el uso abusivo de las recetas simplonas de un humor televisivo barato alcanzan un clímax insoportable. No es de extrañar. El reparto de Nada Personal es, con alguna incorporación extranjera, la crema y nata de la farándula televisiva ecuatoriana y sobre todo guayaquileña: Diego Spotorno, Marcela Ruete, Flor María Palomeque entre otras figuras de la parrilla nacional forman parte del elenco y hacen, en pantalla grande, lo mismo que hacen en la pantalla chica: "Entretener" a la audiencia en base a situaciones aparentemente divertidas en las que la homofobia, el machismo, la falta de imaginación y una nula preparación actoral son los ingredientes. Detallar las falencias de la película es un ejercicio tan irresistible como inútil, ya que cuando algo es esféricamente malo es malo por donde se lo mire. Pero basta con un detalle, que no es menor: El guión se vale de un partido de fútbol como excusa argumental para darle sentido a la historia y resulta que en Guayaquil, donde se desarrolla la trama es de noche y en Quito, donde aparentemente se está disputando el encuentro en directo, el sol brilla con fuerza.

Imagen tomada de www.ficc.ec

Una película que basa su guión en un error tan ridículo como imperdonable no merecería ni siquiera una crítica. Su propia existencia es la crítica mas devastadora. Sin embargo me parece que lo relevante del asunto es que, precisamente haya sido ESTA la película elegida para abrir un Festival Internacional de Cine en la ciudad. Lo que indigna no es, necesariamente la película en si misma, sino el discurso que la acompaña: Hagamos un festival dirigido a un público mas juvenil que cuente "historias mas cotidianas" y que se aleje del estigma de que el "cine especializado" es un asunto que atrae solamente a una élite aburguesada. Este discurso, desde luego, no es nuevo. Inútiles ríos de tinta han corrido intentando zanjar la discusión del arte especializado vs. el arte de consumo masivo (por poner en categorías exageradas una discusión exagerada). Hay quien puede argumentar, con todo el derecho del mundo, que Nada Personal, no pretende ser una película con contenido sino un ejercicio mas bien lúdico en el que un grupo de panas se juntan y filman una historia simple "para darle al goce" y que, por mucho que nos pese a los cinéfilos esa entrada al mundo del cine también es legítima. En realidad comparto este criterio. No todo lo que se proyecte en una pantalla tiene, necesariamente que provocarnos un diálogo interno con las sombras y los fantasmas. El cine de entretenimiento, que también es necesario, mueve mucho mas dinero y convoca a muchas mas personas que el cine de contenidos artísticos o de fines reflexivos. Sin embargo, la tendencia a creer que la calidad es un recurso intercambiable e incluso sacrificable en aras de alcazar mas audiencia me parece lamentable en un Festival de Cine. Se que la palabra "calidad" en si misma tiene una carga de subjetividad muy grande y que mi opinión es, a la larga, un alegato individual que puede o no ser compartido, pero también creo que la producción nacional en Cine ha dado pasos enormes en los últimos diez años y que escudarse en el argumento de que "es lo que gusta al público joven" para justificar Nada Personal en la inauguración del festival tiene que ver mas con una estrategia publicitaria que con una real vocación de abrir puertas a nuevos creadores y creadoras.

Imagen tomada de www.australfilms.com

En Mas allá del Mall, el excelente documental del ecuatoriano Miguel Alvear, hay una escena en donde se reflexiona acerca de la producción cinematográfica marginal que existe en este país: Películas de bajísimo presupuesto y producción artesanal que nunca llegan a las salas de cine y cuya distribución es a través de copias piratas en DVD. ¿Para que hacer películas si pocos las ven? se pregunta Alvear. Y la respuesta que plantea parecería ser: Porque hay que contar las historias. Incluso aquellas producciones del tipo "Sicarios Manabitas", "Cuando los hijos se van" o "Cómo voy a olvidarte", donde nadie tiene preparación ni cinematográfica ni actoral cumplen con el cometido de contar algo. E incluso tienen la virtud de compensar sus falencias técnicas con la sinceridad de sus propuestas y con la originalidad de sus recursos. Nunca serán (ni pretenden ser) una obra de arte en el sentido canónico, pero son películas genuinas, verdaderamente cercanas (éstas si) a la realidad de a pie y por ello valiosas. Esas "otras miradas del cine" que plantea el X Festival Internacional de Cine de Cuenca tal vez podrían haber encontrado mayor coherencia con ese tipo de películas

Pero no todo está perdido. Si algo rescatable puede sacarse de la proyección de Nada Personal, es también la motivación creativa y propositiva que surge de las indignaciones. A la larga en este País criticar una película también es un ejercicio de morderse la cola. Primero por esa absurda vocación chauvinista respecto al arte que nos hace pensarlo dos veces antes de meternos con un producto ecuatoriano porque parecería estar criticando a la madre de uno; y segundo porque también existe un tufillo de arrogancia y comodidad en la orilla de quien critica y no produce nada. Hace algunos años leí a la entrada de un Festival de Arte Kitsch en la ciudad de Medellín un letrero que decía: "Si no le gusta, haga usted mismo algo que si le guste". Y en estos momentos existen creadores cinematográficos (y artísticos en general) que no se comen el cuento de que la calidad es inversamente proporcional a la popularidad y que, ante películas como la de Pimentel, simplemente siguen trabajando y proponiendo desde sus espacios (el caso de la gente de EnchufeTV es muy ilustrativo al respecto).

Ojalá en el futuro una de ellas también pueda abrir un Festival Internacional. Nos haría bien a todos.