miércoles, octubre 17

Sin Otoño Sin Primavera, o cómo opinar sobre una película que gustó sin gustar



Sin Otoño Sin Primavera, o cómo opinar sobre una película que gustó sin gustar

Imagen tomada de www.andes.info
Por mucho que les pese a los críticos formales, la gente, es decir la mayoría de la gente que va al cine, cuando sale no dice si la fotografía les pareció o no excepcional; si la dirección de arte estuvo o no a la altura; si el montaje favoreció o no al argumento; si la edición fue o no la adecuada. La gente dice, simplemente: estuvo buena, o estuvo mala. Amén de que en el fondo eso también pase por una deficiencia en la forma en la que el espectador “aprende” a ver el cine, no deja de ser un parámetro válido para medir la calidad de una producción. En todo caso, los detalles técnicos sirven –si la película gustó- para reforzar la buena opinión generada. Caso contrario, cuando uno escucha ponderaciones del tipo: “Me gustó la música que usaron” o “Las locaciones fueron bien escogidas” se sabe de entrada que la película, como un todo, no terminó de cuajar. Inevitablemente esto tiene que ver más con las percepciones intuitivas que con los análisis objetivos, pero creo que de ahí es de donde precisamente parten las críticas honestas.

Fui a ver Sin Otoño Sin Primavera, ópera prima del director guayaquileño Iván Mora Manzano, con muchísima expectativa. El excelente tráiler que había comenzado a circular por el mundo virtual desde hacía algunas semanas me dejó dejado intrigado, y la música que lo acompaña terminó enganchándome por completo. Al salir de la sala de cine mis pensamientos se resumían en dos ideas: “Acabo de ver una película muy bien hecha” y “Qué pereza de película”. SOSP tiene esa rara virtud. Es imposible no reconocer el esfuerzo y la excelente factura técnica de la película (especial atención a la fotografía, los encuadres, el manejo de la luz) pero pese a ello, a medida que el film avanza también va creciendo la percepción de que ya se sabe cómo acabará. Y no porque la trama sea sencilla, sino porque en el fondo, pese al buen manejo de los recursos narrativos (varias historias entrelazadas de forma coral que se van desarrollando en una línea de tiempo que avanza y retrocede sin que parezca forzado), la película carece de un buen trama. Tal vez la idea era esa. No contar esencialmente nada nuevo. Si es así, pues enhorabuena, nos encontramos ante una película que, entre narrar historias profundas o estar muy bien producida y editada escogió lo segundo, y eso no necesariamente es algo malo.

Sin embargo, en un tablero más amplio, me parece legítimo, como aficionado al cine, sentirme un poco defraudado ante una película que prometía más. O tal vez prometía exactamente lo que entrega: Historias situadas en un Guayaquil de Urdesa Norte, es decir en una zona más o menos pelucona. Contradicciones emocionales de niños ricos que simulan esperar algo más de la vida acomodada que les tocó. Un estudiante de derecho cuya transición a la anarquía haría retorcerse de rabia en su tumba a Bakunin. Desnudos frontales y una escena de sexo más o menos bien ejecutada que, sin embargo, termina siendo insuficiente. Guiños de autor exagerados (que los tabacos usados en una escena lleven el nombre del director me pareció, a la par, ingenioso e insoportable) y en general un desarrollo que a veces abusa de clichés y de lugares comunes para decirnos algo que ya sabemos: Que detrás de esa generación en apariencia vacía y consumista siempre habrá una posibilidad de redención personal. Ya sea materializada en una caja de viejos discos de vinilo, en un polvo con tu ex pareja moribunda, o en una relación amorosa con tu dealer.

En ese sentido, SOSP es una película que no defraudará a los numerosos seguidores de ese cine tipo Fuguet o de los guiones inspirados en las enseñanzas de Syd Field, el gurú de los guiones descomplicados. Abundan los “Plot points” insertados con habilidad para darle golpes de efecto a una trama que, como señalé, no cuenta esencialmente nada.

A pesar de todo, me congratula que una película así haya sido rodada en Ecuador. Pocas veces había visto que una producción nacional levante tanta expectativa y opiniones encontradas. Eso le hace bien al cine nacional, y también le hace bien a la película. Se habla de ella, se la ve, se la disfruta o se la critica. Y, más importante aún, gracias a SOSP y a otras pocas películas que le apuestan a crear algo distinto, podemos por fin opinar sobre lo “Made in Ecuador” sin esa absurda tendencia de beatificarlo todo porque comparte bandera. 

Hay mucho por mejorar (hace rato que Ecuador adolece de formación actoral de calidad, SOSP es, también, una prueba de ello) pero se avanza, y creo que la forma de ver y entender el cine ha ido evolucionando para bien. Supongo que de eso se trata. Sin Otoño Sin Primavera me aburrió, puede que a usted no. Puede que a usted le fascine. Ambas reacciones son  igual de saludables.

David Barzallo
perroruna@gmail.com

3 opiniones, y tu?:

Anónimo at: 18 de octubre de 2012, 13:55 dijo...

Una estructura de tres actos no genera guiones descomplicados! Todo lo contrario crea historias muy complejas. Si la historia no cautiva es por que la estructura no esta bien aplicada. Field no se invento el drama, El drama tiene miles de años. Lo que el hace es una interpretación de una técnica que se ha venido desarrollando mucho. Decir que una historia de tres actos es una historia descomplicada que no dice nada es una atrocidad.
Este es el la lista top diez de IMDB
The Shawshank Redemption
The Godfather
The Godfather part II
Pulp Fiction (1994)
The Good, the Bad and the Ugly
12 Angry Men
Schindler's List
The Dark Knight
The Lord of the Rings: The Return of the King
Fight Club

todas estas películas son de "tres actos", si Fight club también! total!
La lista esta grande que abarca casi todas. Los tres actos es nada mas que una NOMENCLATURA!!!

Yo no quiero defender a Syd Field. En el mundo del cine su nombre no dice nada. Ni siquiera vale la pena mencionarlo.


si quieres criticar tendrias que saber estas cosas. Al decir cosas asi suenas como un resentido con hollywood. Muchas películas indi no truinfan precisamente por eso. por que la idea puede ser buena pero el guion esta mal escrito. Es por ese rechazo que se aventuran ha hacer películas con guiones flojos que no terminan de cautivar.

El Secreto en su Ojos es el Ejemplo de una película complejisima de tres actos claros y drama clásico.
Para que el cine en el Ecuador y latinoamérica mejore necesitamos mas de esas. Mas drama de verdad, mas "tres actos". Ya es hora de dejar ese rechazo que ha creado poetas visuales que juegan con la cámara para tener la toma mas ingeniosa con linda fotografia y no directores que cuentan historias relevantes que generan impacto.

Unknown at: 18 de octubre de 2012, 15:02 dijo...

no te cacho pana. Lo de la estructura de tres actos es un tema que ni siquiera he mencionado. No entiendo por qué la intención de tu comentario es adoctrinarme sobre cosas que se con una arrogancia que encima es anónima. Si el espíritu de tu acelerado comentario es decir, en esencia, que SOSP es una película estructurada en los trillados tres actos de historias complejas yo te digo no. Es mi opinión, la defiendo porque la siento. SOSP no me provocó nada, esencialmente no me aportó nada en contenidos aunque por momentos la disfruté no la voy a recordar. Esa es la esencia de mi crítica, y si, de acuerdo, debería saber muchas cosas para ser crítico. No me interesa, me interesa opinar desde lo que siento y se. Asumes que rechazo los dramas "tresactistas" te equivocas. Rechazo lo que no me gusta como cualquier persona en cualquier lugar y, además, lo digo en voz alta porque puedo y porque quiero. Tu último párrafo coincide plenamente con lo que pienso, no cacho por qué la virulencia de tus primeros párrafos. Un abrazo

Anónimo at: 19 de octubre de 2012, 4:04 dijo...

Excelente crítica, sali del cine pensando casi lo mismo. Muchos piensan que criticar a una película nacional es un crimen, sin embargo es esto lo que permitirá un sano desarrollo y crecimiento de la industria. Creo que la producción fue excelente pero la trama muy floja y trillada. Podemos encontrar cientos de ejemplos de cine latino y español que siguen prácticamente la misma temática, desarrollos y finales parecidos. Nuevamente lo que mas me agrado fue la producción bien ejecutada y la actuación de Paulina Obrist. Lo que menos me gustó fueron los diálogos, estos personajes tenían de repente sus momentos de brillantez y se convertían en eruditos y filósofos para luego regresar a ser unos simples zánganos. También recomiendo irla a ver por el simple hecho de ser una producción nacional y poder ser parte de esta nueva ola cinematográfica que nace en el país.

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