Tres textos necesarios como respirar
Al Abuelo
esto se parece a las cenizas
a las cenizas encerradas en burbujas de jabón
que a los 7 años
o menos
mi abuelo descubría en su taller imaginario
-la vida-
me decía
es un andén
a donde acuden a morir los sueños
y yo lo miraba con ojazos fascinados
sin entender las palabras,
miraba sus manos fuertes
descender como de un tejado,
la armonía de sus movimientos,
la fuerza insoportable de su paz.
Ahora el abuelo
ya no crea alquimia de colores.
Es como un pajarito
pendiente de sus plumas
no del cielo
como un libro silencioso
como esas cosas sagradas
donde apena un poco arrimarse
Ahora el abuelo tiembla
sus manos se pierden en el viento
su paz ya no me alcanza
confunde primaveras en silencio
con inviernos en llamas
se queda mirándome por horas
al otro lado del sueño
Allí está mi abuelo
el viejo corazón de donde vengo
el adjetivo de mi frase
yo tomo sus manos
y juntos
despacito
vamos entrando a la noche
A Chichina
tú llevabas puesta una hija en las entrañas
yo, mientras tanto
construía vigas de un castillo en ciernes
luego
una noche larga
y otra más y varios soles
¿que le hicimos a nuestros cuerpos?
¿cuántos todos han pasado desde entonces?
Hay gente que se queda atravesada
gotas de ácido que caen
sobre el cristal de lo posible
una boca ya sin apetito
algo así de pequeño
al final del horizonte
que raro
ya no duele
A la noche
Pasa, mujer
sabes que me gustas
no es misterio el amor
hasta que ocurre,
para las miles de razones
no tengo una sola respuesta
pero sucede que en las noches
dibujo tu carita en las espaldas
y te beso el cuello
y aprieto suavemente tus senos increíbles
y entonces ya no importan
esos viejos rencores atascados
esas direcciones a ninguna parte
pasa, mujer
tiéndeme la mano
reclama tu dicha guardada
apriétame el alma
hasta que desaparezca
0 opiniones, y tu?:
Publicar un comentario