Dodecálogo de un No-Poeta. A pedido de la revista Uno

DODECÁLOGO DE UN NO-POETA*

a mi Abuelo, que lo supo mucho antes que yo

I) Aunque se lo diga en voz muy bajita, la poesía es, sobre todo el arte de escuchar y de escucharse. Lo demás es palabrería.

II) Yo escribo porque matar es un delito. De alguna forma escribir también debería serlo, esa es una literatura que vale la pena.

III) Leer no es un arte superior a escribir. Pero casi

IV) Desconfía de los textos sagrados. Una biblia contiene, en suma, mas contradicciones que la vida de un pecador cualquiera. Tal vez por eso sea sagrada. Desconfía.

V) Si escribes para distraer, distrae; si lo haces para emocionar, emociona; si lo haces para cambiar el mundo, cámbialo. Sábato decía que si un hombre escribe un soneto, lo menos que puede exigírsele es que sea perfecto.

VI) Sábato no decía nada respecto a si una mujer escribe un soneto. Hay quien podría creer que esta omisión tiene que ver con la poca afición literaria de las mujeres. Esa persona no sabe nada de literatura, ni de mujeres ni de la vida misma.

VII) Escribe para ti y para todos. Una literatura exclusivamente individualista es una masturbación de tinta. Aunque te guste mucho la masturbación, recuerda que otro cuerpo (que observe, acaricie o lea) produce un placer infinitamente superior.

VIII) Escucha a tus mayores con la misma atención y respeto con que escuchas a tus menores. No hay ironía en esto. Solo humanidad.

IX) La literatura no supera jamás a la vida. La vida jamás anula la literatura. En el equilibrio entre tu mundo y el mundo, entre tus historias y la historia, se esconde un arte parecido a la belleza

X) Un buen poema puede conquistar a una mujer, sólo si esa mujer te ha conquistado primero. Eso muestra el carácter subordinado de la literatura al deseo. (llámalo amor si te provoca)

XI) La poesía no te salvará del dolor. A menudo te ocurrirá lo contrario

XII) La poesía, como la vida, en realidad no necesita de dodecálogos. Ten cuidado si alguien te convence de lo contrario

*La revista literaria uruguaya Uno ha publicado una serie de Dodecálogos en los que se pide a escritores latinoamericanos menores de 30 años "aconsejar" desde su experiencia a las y los autores mas jóvenes (o mas viejos) acerca de como uno entiende y vive la poesía. Gracias a la recomendación de un querídisimo amigo y excelente escritor Agustín Fernandez, se ha incluído también un dodecálogo de mi autoría que, como cualquier dodecálogo, tiene un nosequé de arrogancia inútil. Aconsejar siempre es arrogante. Toca confiar en que, al menos, pueda ser también útil.