Vivir: Una historia de amor en cinco actos
Se miraron
Kurt Vonnegut
I
El tren salió de un túnel
o de un volcán (nadie lo sabe)
nosotros
que no existíamos
también lo tripulamos
El niño miró la ciudad
y le gustó que los árboles no se toquen
y miró la luz
recién inaugurada de la noche
y sacó de su morrión
algún deseo
pero no tenía monedas
ni fuentes conocidas
Lejos como estaba de su casa
lejos del inexacto
vaivén de polvo
lejos del eco
que tanto lo había fascinado
el niño se encontró
por vez primera
con esos ojos
y supo
desde entonces
el secreto
de los sueños en harapos
II
Un día le prometió
los colores
pero ella amaba los paisajes sepia
y le prometió la vida
que ella misma le otorgaba
y le prometió un mar
que sin ella
no sería navegable
y le prometió futuros
que ella
sin un ápice de furia
descartaba
entonces dejo de prometerle
y ella
se quedó
III
llegó la vida
sin permiso
y se fue colando por sus poros
desgarrando sus costuras
derramando el vaso
que la mano sujetaba
llegó la vida y trajo vida
y ruido
y señas particulares
que un buen amor reconoce
u olvida
según quemen o no los años
ellos se miraban y seguían
junto al tráfico veloz de las promesas
y a ratos se caían
y puteaban
y llegaban tarde a sus deseos
un día se encontraron solos
y mirándose
se inventaron
poco a poco
se hicieron pequeñitos,
sus hijos los llevaban en carteras
y bolsillos
y sus nietos llegaban a la casa
como antes los trenes
cargados de otros sueños
que ya no estaban en harapos,
y asombrados descubrieron el azar
casi como una fotografía
del futuro porvenir
que por cierto
nunca dejó de asombrarles
y perdieron de vista sus propios cuerpos
y el conteo de las noches
y el rencor de las cosas imperdonables
y encendieron una estrella de dolor
cuando se les fueron muriendo los cerezos
y los gatos
y ese trozo de vida desprendida
y lloraron
bajo el mismo cielo
hasta darse cuenta de que llevaban
centurias o milenios de mirarse
y se dijeron amor
en lugar de basta
IV
un día
el niño volvió a sacar
de su morrión algún deseo,
despacio lo asomó a la fuente de su amada
-vamos a escapar- le susurró
y ella,
que no dormía,
sintió en su espalda
el aleteo
V
mi abuelo mira la ventana
como un niño disfrutando de los
ángeles
mi abuela lo mira
como una niña disfrutando de un
niño
que mira la ventana
disfrutando de los ángeles
las maletas y yo
los esperamos en la puerta
si me fijo con atención
sus pies no tocan el piso
Bonus tracks:
De cómo una foto puede advertir sobre la paranoia de una mujer fantasma
A la Sofi,
que me enseñó a leer
daguerrotipos
En esa foto
el cuerpo dice:
“Necesito creer en alguien
habitar en alguien
ser en alguien hasta que
ya no resista
y quiera desprenderme
y se golpee contra las paredes
y le devore la locura
desde el sexo
hasta la encía y mas arriba
y por amor propio
me asesine”
pero es solo una foto
y con el ruido
es difícil escucharlas
Declaración Adolescente
En el acto de la verdad
las palabras se esquivan
con sus alas oscuras
el bravo caballero
se descubre sin piernas
y los planes trazados
se evaporan
sin que pueda rescatar
de ese humo
ni siquiera
un poquito
de coraje
lo llaman
amor
y es enfermizo
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