Primeros datos sobre un extraño homicidio

Y sin embargo es bien conocido que los habitantes de este planeta se comportan de maneras peculiares. Para palabras antagónicas entre sí, tienen vocablos similares. Así, por ejemplo, flor y mierda suenan exactamente igual: Un-akye. Omito las diferencias caligráficas pues los símbolos que usan en este planeta para expresarse son extremadamente absurdos. En cualquier caso, estas variaciones fonéticas tienen como resultado directo la imposibilidad de insultar, ya que cómo va uno a saber si le mandan a la casa de la flor o a la casa de la mierda. Tal vez por eso los habitantes del este planeta sean tan pacíficos. Hace mas de 300 años (sus años equivalen a 567 días terrestres) que no existen registros de homicidios, al punto de que el significado de dicha palabra es prácticamente desconocido para los pobladores, especialmente para los más jóvenes. Imagine, por tanto el lector el nivel de asombro y angustia con el cual los buenos pobladores de la capital descubrieron el cuerpo de uno de sus conciudadanos rebanado en tres partes simétricas y perfectas. Un crimen espeluznante. El asesino había cortado primero las piernas, lo deduzco por las huellas de sangre que dejó el cadáver mientras intentaba desesperadamente arrastrarse. Con crueldad inusitada el homicida lo siguió. Esperó a que el futuro occiso detuviera su penoso trabajo y de un solo tajo le rebanó por la mitad, es decir por la mitad de lo que quedaba, mas o menos a la altura del corazón izquierdo (cabe anotar, aunque se sepa, que los habitantes del planeta en mención cuentan con tres corazones cuyas características serán descritas mas adelante). Por increíble que parezca, la mitad superior del cuerpo mutilado pudo moverse todavía unos centímetros hasta que su verdugo dejó caer sobre el cráneo una roca desproporcionadamente grande que tiñó de sangre verdusca las bancas aledañas. Durante días nadie salió de sus casas, ni abrió las ventanas, ni construyó claraboyas. Durante días nadie existió...