No sé cómo empezar. Podría, por
ejemplo escribir tu nombre una y otra vez, toda la noche, todo el insomnio y aun
así no sabría qué decirte. No puedo, no quiero verte. Sé que me vas a mirar con
esos ojos que piden explicaciones, que nunca las exigen. Y yo no puedo
explicarte nada. Ya sé que piensas que soy una cobarde. Yo diría que además soy
un poco idiota, pero algo tienen la cobardía y la idiotez que las vuelven tan
atractivas. No creas que no se aprende también acá. Debajo de todo, debajo de ti,
de tus planes, de tu cuerpo, Leo. Yo te he escuchado tanto tantas veces. No
creas que así también no se aprende. A mí por lo pronto me basta. Tal vez no
sea tan idiota, tal vez esto que hago (o esto que no hago) sea una muestra
final de cariño. Pero también sé que vos no vas a creer en este sacrificio (si,
sacrificio, aunque odies la palabra). Vos decías que el amor era un equilibrio,
algo como una gotera en el techo. ¿Era así verdad? Como una gotera que dejaba
entrar, cuando hacía sol, un rayo de luz. Y que eso era todo. Y luego te
parabas en la cama y señalabas el techo y yo reía porque nunca te había visto
desde abajo, tan lejos, tan flaco, tan ingenuamente desnudo. Y ahora estoy
llorando, y dudo, pero tengo que decidirme, lo sé. Vos esperas de mí que tome una
decisión, pero debes saber que puedo decidir y luego arrepentirme. Que nunca me
decido del todo, que a veces miro atrás y decido regresar. Que para mí el amor
es también la nostalgia, sobre todo la nostalgia. Y vos no tienes tiempo de
nostalgias, o prefieres dejarlas para después, para cuando el tiempo nos deje
de joder.
Por eso sé que estarás bien.
Conmigo o sin mi vos estarás bien. No digo que mejor, pero yo sí puedo estar
peor contigo. Hoy me vi al espejo, Leo, y me vi rodeada de vos. En todas partes
este cuarto se te parece. Yo quise que se nos pareciera. Pero luego de ayer
tengo la certeza de que todo te pertenece solamente a vos, incluso yo te
pertenezco un poco. Pero no me voy por eso, solo lo noté. Tampoco me voy porque
me asusten tus planes. Soy una cobarde extraña. No me asusta lo que me
propusiste sino lo que vendrá después. Luego del gran golpe final solo puede
haber una caída larga, infinita. Ya no quiero caerme Leo, ni siquiera a tu
lado. Y además no soy del todo quien tú crees. Tal vez, ahora mismo sea mejor,
pero a estas alturas ya no importa. Vos nunca me preguntarás esas cosas que yo
no te cuente por propia voluntad. Vos crees que esa es una forma noble de
respetar mi libertad. Yo creo que es tu forma de ser cobarde. De temer. Está
bien, Leo, todos tememos acá. Todos nos cagamos de miedo. Pero no me quiero
guardar nada. Si ahora me voy quiero irme quemándolo todo. Destruyendo hasta la
última posibilidad de aproximaciones.
Me acosté con el Daniel, eso que
vos sospechabas, que nunca te atreviste a preguntarme ni a preguntarle ocurrió.
Y ocurrió mientras lo planificábamos todo. Mientras tú me decías que esto, exactamente esto es el equilibrio perfecto, la paz; Ahora lo sabes, o siempre lo supiste te
quedaste callado, no importa el Daniel ahora no importa. Lo que quiero decirte
es que tu paz de ese entonces era mi caos. Que tu alegría por tenerme estaba
fundamentalmente basada en mi capacidad de engañarte. Que mi paz, por así decirlo,
está basada en una mentira repetida. ¿Me vas a ver ahora diferente Leo? ¿Luego
de esto tendrás el valor de ya no buscarme? Yo sé que no. Que pasarás por alto
el detalle de mi tristeza y te enfocarás en el horrible engaño. Porque eres un
hombre Leo, un hombrecito como cualquier otro. No. No como cualquier otro, pero
eres un hombre al fin y al cabo. Y yo soy al fin y al cabo una mujer, que te
ama y te detesta. Que quiere acompañarte y abandonarte. Una mujer que desea,
que suda, que late, que tú no conoces aunque afirmes lo contrario. Y qué más
da. Yo tampoco me conozco y también por eso me voy. Porque vos estás
acostumbrado a explorar los límites y yo a cruzarlos. Cruzarlos y luego
regresar, que es otra forma de la cobardía, tal vez la peor. Y porque sé que en
ese momento, cuando llegue la hora exacta, tal vez a ti te falten fuerzas y
entonces tengas que recurrir a mí. Y sé que no te podré fallar, que en ese
momento no te fallaría, pero luego…
Vos lo tienes todo claro, excepto
lo que pasa por mi cabeza. Esta es mi forma de ayudarte Leo. Por mi cabeza no
pasa nada que no sea una explosión de ideas absurdas. No puedo dejar de pensar,
ni por un segundo. Mi mente es una pantalla en circuito continuo. Como la pared
de la casa del Javier cuando nos encerrábamos a ver películas durante dos o
tres días. Sin apenas comer, como en un ritual desolador. Ahora me parece
desolador. Y así está mi cabeza. Desolada y llena. Y también pienso en mi
propio viejo. En qué pasaría si tú fueses yo y yo fuese tú. Si la carta se
intercambiase de remitente. No sabría qué hacer, pero tu sí. Y eso nos
diferencia. Y eso me hace cobrar fuerzas porque nuevamente me da por llorar y
el techo suena porque llueve, cada vez más fuerte y pronto empezará a gotear
por el agujerito que tú señalabas y sé que si gotea lloraré a gritos. Y, lo
peor, sé que si ahora mismo te diera por entrar por aquella puerta todos mis
argumentos carecerían de sentido y tendría que esconder esta carta o quemarla o
tragármela en un último acto de desesperación que vos confundirías como siempre
con algún trozo de locura. En algún momento seré capaz de mirarte a los ojos y
decirte esto. Decirte que prefiero conservarte así. Cerrar los ojos e imaginar
que pudiste ser un canalla o un cínico y decidiste ser bueno. No un bueno tibio
que en las calles o en los cafés me provocan desprecio. Vos eres bueno,
esencialmente bueno. Alguien que vale la pena conocer y amar. A mí me pasará
este sabor sucio en la boca. Esta sensación de traicionarte y traicionarme.
A mí
me pasará y a vos también. Eso me enseñaste, sobre todo, que si uno no está
dispuesto a darse es mejor desaparecer
No te olvides del Rumí. Él no
puede vivir sin vos
Besos.
Amanda
1 opiniones, y tu?:
Amigo poco o nada puedo saber este arte ... lo que si puedo es asentar lo que esta carta de amando me transmitió ....
Sentimientos de tristeza amor rabia verdad ... muchas gracias sigue así :)
Publicar un comentario