negación del no-poeta

Me niego a llorar los domingos
por un velorio mas antiguo que mi sangre
me niego a encerrarme en la burbuja
de las palabras que nadie frecuenta
me niego totalmente a los cumplidos
de quien lee lo que escribo
como quien va leyendo los horóscopos
me niego a ser vanguardia
estatua de sal
tortuga centenaria
marco claroscuro
poeta
me niego a regalarte líneas
que confundas con hebras de oro fino
me niego a ser un contertulio
de flashes, brindis, ceremonias
me niego con coraje y rabia
a formar parte del olimpo
declaro que no me interesa
cantar a la avestruz
a la arenisca
a los pronombres
a las azoteas
a las nubes perfectas
o a las musas inasibles
declaro que me aburren
los perpetuos enlutados
los cándidos remordimientos
los poetas
si
los que se elevan
y se elevan
y siguen flotando
por encima del hambre
y de la vida
prefiero escuchar los pasos
de quienes me rodean
prefiero comer el pan
y saber que el pan también es poesía
prefiero luchar contra enemigos
que me jodan en el sueño
y no en la rima
prefiero que mis hadas se confiesen
con deseo,
que sientan al sexo como el sexo
y no como promesa
o despedida
que mis princesas abandonen
-ellas solas-
los castillos
que mis amantes se revuelquen
sin rubores y sin prisas
que la flor sea la flor
aunque imperfecta
que la belleza tenga el permiso
de ser vista
que la gente que me lee
deje de leerme si es preciso
para cambiar el mundo
para darle a lo imposible
la bienvenida
prefiero que me mires sin asombro
que al pasar te quedes
compañera
porque nada tengo por decir
porque repetirme es tan probable
porque prefiero vivirte a describirte
porque soy un no-poeta
hasta que llegue el día.