La niña notó la sangre en el piso
y enseguida
clavó su mirada en las muñecas,
al encontrarlas intactas
siguió jugando con ellas
Como se amaban
repetían el milagro cada noche
cerradas las cortinas
violentos en su paz
callaban sus bocas
y los cuerpos hablaban
hasta la vez en que ella
los callo para siempre
Un cuerpo
en plena inercia
decide detenerse
pero descubre que la física
no es tan poética
como pensaba
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